AUDIOS desmienten a policías en Temixco sabian que habian niños aun así los masacraron
La defensa de la familia agredida en Temixco presentó 3 audios que revelan voces de súplica que pedían tiempo para poder vestir a los menores antes de salir de la casa para su rendición.
La prensa nacional difunde hoy, de manera simultánea, entrevistas con policías de Morelos que aseguran que nunca supieron que había niños y mujeres en el operativo de Temixco, Morelos.
Seis personas murieron, entre ellas una bebé, un menor y cuatro mujeres.
Sin embargo, tres audios presentados por la defensa de la familia revelaron que en el interior de la casa, donde la policía estatal de Morelos realizó el operativo, al menos una persona les informó que había niños.
La voz promete entregarse y pide tiempo para vestirlos.
Ciudad de México, 8 de diciembre.– Varios medios mexicanos difunden hoy declaraciones de policías de Morelos que afirman que nunca supieron que había mujeres y niños en el interior de la casa donde se realizó un operativo, en Temixco, Morelos, contra presuntos integrantes del crimen organizado.
Pero tres audios parecen desmentir a los policías. Al menos un civil les informó que había niños.
En el operativo murieron seis personas, entre ellas una bebé de dos meses, cuatro mujeres y un adolescente. Ningún presunto delincuente y ningún agente de seguridad resultaron heridos aunque se habla de una “balacera” que duró entre una y dos horas.
Los policías argumentan que las víctimas murieron en “fuego cruzado”. Pero los audios no revelan que las víctimas estuvieran en medio de una refriega, sino bajo la amenaza de rendición de los agentes.
En uno de los audios se escucharon voces de súplica que pedían tiempo para poder vestir a los menores antes de salir para su rendición. Las grabaciones, difundidas por Televisa, han sido utilizados por Juan Manuel Céllar, abogado de las cuatro personas acusadas por el caso Temixco, para lograr la liberación inmediata de los detenidos.
La carpeta de investigación cita que todo ocurrió la madrugada del jueves 30 de noviembre en la vivienda registrada con el número 238 de la calle Francisco I. Madero, en colonia Rubén Jaramillo, de Temixco.
De acuerdo con la investigación, los policías dispararon contra los habitantes de la vivienda bajo el argumento de que repelieron un ataque a balazos, en el que resultaron muertas cuatro mujeres, un adolescente y una bebé de dos meses.
Los policías se hicieron pasar como víctimas en distintas entrevistas que dieron a la prensa mexicana. Pero eso no se escucha en las grabaciones. No se revela que estuvieran acorralados y bajo fuego.
En las grabaciones, se escuchan las voces de un hombre y una mujer cuya ubicación es desconocida y otro que presuntamente estaba dentro de la casa mientras se registraba la balacera.
–¡Que diga que ya se van a entregar! –dice la mujer en la grabación.
–Di que ya te vas a entregar, nene, para que ya quede grabado –dice un hombre, el que graba desde un celular.
El hombre, adulto, dice: “Sí, sí, ya ahorita, nada más que me den zapatos”.
En la primera grabación se escucha por lo menos un bebé y varias mujeres, y como voz principal, la de alguien a quien le decían “nene” y que narró lo que ahí estaba pasando.
En un segundo audio, el sujeto que se encontraba al interior de la vivienda describe que los uniformados continuaban disparando.
–Sí, güey, nada más llegaron tirando y están de mamones aquí, que nos van a matar… ¡Mira! ¡Mira!
Luego grita:
“Denos chance, nomás estamos cambiando a los niños, ¡ya! ¡Brenda, pásame unos zapatos!”
En el audio tres, se oye la voz del hombre al otro lado decir que todo había quedado grabado.
–Nene…
–Hey.
–Mira, ahorita borras la llamada. Ya quedó grabado, les dices. Yo ya grabé todo lo que están diciendo, ¿sale? Para que no vayan a buscar mi número y no sepan a quién le mandaste [las conversaciones].
La defensa de la familia informó que las grabaciones fueron presentadas ante el juez de control en audiencia diversa que se llevó a cabo el sábado 2 de diciembre. Sin embargo el juez en ese entonces no le dio valor probatorio. Señaló que no está “acreditado el número de donde salieron las llamadas”.
El lunes 4 de diciembre, en una audiencia de vinculación a proceso, el juez de control Job López Maldonado ordenó la liberación de las cuatro personas que enfrentaban la acusación de homicidio en grado de tentativa, debido a que en los resultados de los peritajes hubo diversas incongruencias de las declaraciones de los policías, entre lo que destaca que las chapas del domicilio se forzaron y no había orden judicial.
Se comprobó por los peritos en criminalística que los policías alteraron la escena del crimen, así como también entregaron ante el ministerio público armas que no coincidían con los cartuchos percutidos y balas que se encontraron en el sitio; se dio a conocer que sí hubo disparos desde la calle, así como también tanto los policías como los acusados resultaron negativo en las pruebas de balística.
Por tanto, el abogado defensor de los imputados declaró que ante las incongruencias notorias del caso, se presumía que las seis personas fallecieron como producto de una ejecución, debido a que los cuerpos presentaban el llamado tiro de gracia y no como resultado de un fuego cruzado, como lo señaló el comisionado estatal, Jesús Alberto Capella Ibarra.
POLICÍAS NIEGAN ACUSACIONES
Los policías estatales de Morelos que participaron en el operativo en Temixco, en donde se enfrentaron con la banda de delincuentes de José Alberto Valdez Chapa, presunto líder de una célula del Cártel Jalisco Nueva Generación, aseguraron que no tenían conocimiento de que en el lugar había mujeres y niños.
De acuerdo con testimonios de los uniformados que fueron difundidos de manera simultánea este día en la prensa nacional, “en ningún momento escucharon gritos de mujeres o niños que les permitieran percatarse de la presencia de estos en el lugar”, y fue “hasta que Valdez, conocido como El Señor de la V, salió usando un menor como escudo humano” que se enteraron que había niños ahí.
Esa noche, los oficiales arribaron al domicilio, debido a una denuncia anónima realizada vía telefónica. Se les reportó que a ese domicilio llegaban sujetos armados con personas encapuchadas y que en ocasiones se escuchaban disparos.
Ante ello decidieron acudir al lugar para corroborar lo denunciado y “reiteran que no tenían conocimiento que se trataba de una casa seguridad en la que operaba Valdez Chapa y su banda”.
Según los oficiales, al llegar al sitio advirtieron la presencia de sujetos armados, por lo que descendieron de las unidades y uno de los oficiales dio alcance a los sujetos advirtiéndoles que eran agentes estatales. Sin embargo, uno de los sujetos reaccionó jalando al uniformado para forcejear hasta que terminó por introducirlo en el domicilio, acto seguido se escucharon disparos.
Esta acción fue lo que motivó a los uniformados a ingresar al inmueble, donde de inmediato comenzaron a ser blanco de disparos por lo que tuvieron que repeler el ataque y tratar de rescatar a su compañero.
Uno de los policías afirmó en entrevista con el diario Reforma que no sabían que se trataba de Valdez Chapa, y fue hasta después del operativo que se enteraron del historial delictivo del sujeto, así como de su peligrosidad.
LA VERSIÓN DE LAS VÍCTIMAS
La madrugada del 30 de noviembre, integrantes de la Comisión Estatal de Seguridad Pública acudieron al número 238 de la calle Francisco I. Madero, en la colonia Rubén Jaramillo, Temixco, tras recibir una denuncia ciudadana. Ahí, les dijeron, se ubicaba una casa de seguridad donde “se presumía la existencia de personas privadas de la libertad”.
Sujetos armados “abrieron fuego en contra de los uniformados” cuando arribaron al sitio y estos repelieron el ataque. Eso se dijo. Las detonaciones se prolongaron durante al menos 2 horas y concluyeron cuando los presuntos integrantes de una célula del Cártel Jalisco Nueva Generación se rindieron, según el reporte ofrecido la tarde del jueves pasado.
“En virtud de que los gritos al interior señalaban la existencia de una mujer, se optó por lanzar gas pimienta, momento en el que los agresores tomaron la decisión de entregarse, logrando la detención de Gilberto N, Carlos Alberto N, José Alberto N, José N, Brenda Elena N”, informaron autoridades.
Al interior del domicilio, se detalla en una ficha levantada en la escena, se hallaban los cadáveres de seis personas -supuestos familiares de los delincuentes-, quienes habrían quedado en medio del fuego cruzado.
Sin embargo, la versión del comisionado de seguridad, Jesús Alberto Capella Ibarra, no constata con los testimonios de los familiares y vecinos, quienes aseguran que los cadáveres presentaron tiros de gracia, algo que el Gobierno
“Debe haber una investigación autónoma, con supervisión internacional incluso, dadas las repercusiones que tiene y porque, evidentemente, hay antecedentes como el caso de Tlatlaya, el caso de los 43 –y otros crímenes de lesa humanidad–, donde el gobierno trata de desviar las investigaciones en lugar de esclarecerlas”, destacó José Martínez Cruz, de la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Morelos.
La historia, la versión, levantó dudas, las cuales se incrementaron cuando mantas y palabras de familiares de los occisos salieron la luz. El novio de una de las víctimas aseguró, ante medios de comunicación, que los policías ingresaron a la casa y amenazaron: si los adultos no salían, “matarían a todos”.
El sábado 2 de diciembre, pobladores de Temixco se reunieron para dar el último adiós a las víctimas, las cuales, según las autoridades, fueron aniquiladas por estar en el lugar y momento equivocados y no por los oficiales que participaron en el operativo que incluyó la captura de un sujeto nombrado José Manuel N, familiar de un presunto líder del CJNG.
“Fue una masacre sin duda alguna. No se cumplió con ningún protocolo y algunos de los hoy occisos tenían el tiro de gracia. Entraron a la casa habitación sin ninguna orden de cateo”, dijo la Coordinadora Morelense de Movimientos Ciudadanos a este diario digital.
La Comisión Independiente de Derechos Humanos de Morelos exigió, por su parte, una investigación a fondo y sanción para los responsables materiales (y a los que dieron las órdenes) en caso de que se compruebe que en aquella madrugada, en la Rubén Jaramillo, hubo una serie de ejecuciones extrajudiciales.
“No puede ser que esta situación simplemente se atribuya al exceso del uso de la fuerza, o a la impericia, etcétera. No, es producto de una situación de responsabilidad de mandos superiores, quienes deberían de ser alcanzados e investigados en su momento”, indicó José Martínez Cruz.